escribir es un proceso por partida doble: cuando se hace y antes de hacerse, esta fase previa responde casi (hablo de mí, claro) a un estado físico y mental, un saber que ha llegado el momento, pero entonces ir demorándolo hasta que la cosa acaba saliendo por puro hartazgo, como una rebelión contra uno mismo, porque ya tiene que salir, un proceso interior, el miedo del funambulista antes de subir al alambre
No hay comentarios:
Publicar un comentario