la del cielo a esta hora de madrugada, en tierra de nadie, en que salgo a la calle con los desperdicios del día en esa frontera entre lo que permanece y lo que se transforma y purifica
y esas nubes blancas, enormes, densas e intensas, como si quisieran decir algo
una advertencia, una señal
No hay comentarios:
Publicar un comentario