Qué extraña conexión: cuando su amo está nervioso ante la oscuridad de ese mundo impenetrable de la tecnología, con sus siglas misteriosas (ADSL, WLAN...) volviéndose loco porque lo que parece fácil (cambiar de compañía) se complica enormemente y haya que llamar a operadores que hablan de prisa, con acentos extraños y entre otras voces parloteando... cuando más necesitaría que fuera comprensivo y se limitara a ovillarse en silencio en un rincón, más gruñón y maullador se pone. ¡Pobre Eric!
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