El aire que se levanta al atardecer, cuando el sol ya se ha ocultado, parece tener la misión de desfigurarlo todo, y a todos, como si nos deshiciera en girones, como si nos disolviera en su retirada, en los colores que se desvanecen,igualandonos en ese gris del primer día.
Ese viento indolente lleva la cuenta de todo.
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