la sensación de que nuestro viejo mundo occidental no encuentra salida, de que miremos donde miremos todo son temores, recelos, melancolía, palabrería
lo que parecía inmutable, ese estadio en que la Historia iba a ser simplemente eso, "historias", o peor aún, "historietas", entrenamiento mental, elevada distracción desde la cómoda atalaya del estado del bienestar, todo eso se tambalea
embriagados de tecnología y autoayuda vagamos sin rumbo dando inútiles vueltas que nos devuelven siempre al punto de partida
pero nos queda la noche, esa luna casi en plenitud
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